Por: Cary Palmon
No, no estoy hablando de la película. Estoy hablando de la tarea encomendada por Dios a Moisés.
Uno puede leer esta historia que comienza en Éxodo 2. En ese entonces todos los israelitas eran esclavos en Egipto y Dios hizo grandes milagros para sacar a su pueblo de las garras del Faraón, pero al leer este relato, maravillándonos de todo lo ocurrido, no nos ponemos a pensar en otros detalles y milagros que Dios hizo después de este evento.
Una vez que el pueblo escapó de Egipto, ellos se encontraron en el desierto, pero ¿qué iba a hacer Moisés con ellos? Tenían que ser alimentados y el alimentar (posiblemente hasta un millón de personas) requería mucha comida. Moisés necesitaría tal vez unas 1,000 toneladas de alimentos por día. ¿Sabes que para traer tanta comida cada día se necesitarían por lo menos dos trenes de carga?
Además, debes recordar que estaban en el desierto, por lo que deberían tener leña para cocinar la comida. Para ello requeriría diariamente unas 2000 a 3000 toneladas de madera y algunos trenes de carga y piensa, fueron cuarenta años que ellos estuvieron en tránsito para llegar a la tierra prometida.
¡Y oh sí! Tendrían que tener agua. Si solo tuvieran lo suficiente para beber y lavar unos cuantos platos, ¡se necesitarían miles de litros cada día y un tren de carga con vagones cisterna, solo para traerles agua!
Cada vez que acampaban al final del día, el espacio que ocuparían sería de un total de aproximadamente de más de 800 a 1000 kilómetros cuadrados de largo, ¡imagínate! Este espacio se necesitaba solo para acampar de noche.
¿Crees que Moisés se dio cuenta de todo esto antes de salir de Egipto? ¡Yo creo que no! Verás, Moisés tenía fe en Dios y, por lo tanto, Dios se encargó de todas estas cosas.
Ahora, ¿piensas que Dios tiene algún problema para cuidar de todas tus necesidades?
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Filipenses 4:19
Publicado por Cary Palmon: www.carypalmon.com