¿Qué viene a tu mente cuando menciono la palabra soledad?
Tal vez piensas en un ancianito solito en su cuarto, o tal vez lo que te viene a la mente es una persona sin amigos, o una señora sin esposo o un chico sin novia. En realidad la soledad es una condición emocional que traspasa toda esfera social y edad, pero tiene muy poca relación con la ausencia de personas. Podemos sentirnos solos en medio de una multitud, rodeados de amigos o en la vida matrimonial o dentro de la familia.
La soledad es similar a una inquietud que sentimos por no estar relacionados. Anhelamos tener amigos, y luego, cuando los tenemos, nos damos cuenta de que el sentimiento de soledad persiste. Los solteros se quieren casar para acabar con su soledad, solo para hallar luego que la falta de comunicación afecta a la mayoría de los matrimonios. A través de los años he visto a personas que tienen todo: riquezas, prestigio, familia y son los más desgraciados del mundo porque después de obtener todo esto, se dieron cuenta de que ellos todavía tenían esta soledad dentro de su ser. La soledad no es separación, en realidad es un ¡aislamiento!
El hombre ha sido hecho para tener compañerismo con Dios y nuestra alma ansía esta relación, pero cuando no la tenemos, el vacío continúa. Muchos tratan de llenar el vacío de distintas formas, algunos con relaciones, otros con bebida, otros con droga o con el alcohol, sin darse cuenta de que este vacío es la carencia de nuestra relación personal con Dios y Jesucristo es el único que puede llenar el vacío interno de una persona. Él vino a un mundo solitario lleno de individuos estaban alejados de Él revelando que la cura para la soledad es la relación y la intimidad con Él.
Ninguno de nosotros es merecedor de tener una relación personal con Dios. Todos somos pecadores profesionales, y no merecemos ni su mirada. Por eso es asombroso que Él nos ame y para colmo, que enviara a Jesús a morir por nosotros para pagar por nuestros pecados. Es increíble que sienta tanto amor por nosotros. Tal vez Él también tiene un vacío que solo nosotros podemos llenar.
Pero yo sé que si tú estás batallando estos sentimientos de soledad es porque percibes este vacío más profundamente que otros. Por eso tienes esta tristeza y soledad. Dale tu corazón y tu vida a Jesucristo. Entrégasela totalmente y díselo con tus propias palabras. Declárale tu soledad y pídele que te llene con su Presencia. Tú verás como Él cambiará tu ser y te llenará con El mismo.
Jesucristo es el único que puede llenar el vacío interno de una persona. Él vino a un mundo solitario lleno de individuos que se encontraban alejados de Él, revelando que el camino hacia la intimidad con Él es la cura para la soledad. Su amor es el antídoto contra la soledad. Deja que Él llene el vacío de tu corazón.
Publicado en www.CaryPalmon.org