“La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos”
Santiago 1:14-15
Cuando cedemos a las tentaciones en la vida mucha gente dice “simplemente me tomó de sorpresa”. Luego agregan que todo fue tan rápido que no tuvieron tiempo de reaccionar correctamente. No, esto es una mentira flagrante. Hubo muchas cosas a las que cediste antes de caer en pecado.
La tentación es un proceso y no es un evento aislado. La Biblia describe exactamente cómo funciona este proceso. La clave es estar alerta cuando inicia este proceso para poder pararlo a tiempo antes del desastre. He aquí el proceso a tener en cuenta.
El Deseo: Si no tienes deseo por algo, no es una tentación. El atractivo de nuestro deseo no comienza en el internet o en la esquina de la calle. Empieza dentro de tu mente. En Santiago 1:14 dice “La tentación viene de nuestros propios deseos”. Sexo, dormir, y comer son deseos creados por Dios, pero si no son influenciados por El dan lugar al pecado.
La Duda: La duda nos pone a tambalear porque nos hace perder el equilibrio y por ello es mucho más fácil ceder a la tentación. El Diablo le dijo a Eva en Genesis 3:1 “¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto?”. Cuando empiezas a sentirte tentado piensas ¿Realmente dijo Dios: “No tengas relaciones sexuales fuera del matrimonio”? ¿Realmente dijo Dios: “Perdona en lugar de vengarte”? Y así sucesivamente.
El Engaño: Una vez que dudamos es fácil reemplazar las verdades de Dios con las mentiras del Diablo. En Genesis 3:4 dice “¡No morirán! —respondió la serpiente a la mujer”. Es como la gente que coquetea en la oficina. Sabes que es un gancho con un cebo. Pero sigues mordisqueando como pescado. Dices que soy un adulto y seré cuidadoso. Pero estás siendo engañado con un señuelo y pronto caerás.
La Caída: Lo que comenzó en la mente se traduce en acción. Mi pensamiento se convierte en un deseo y mi deseo en una acción. En Santiago 1:15 dice “y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”. El pecado siempre inicia dulce, pero termina con un sabor amargo.
CONCEPTO IMPORTANTE
La tentación convierte un deseo natural creado por Dios por un deseo de usarlo equivocadamente. El impulso por lograr, el impulso por el sexo, el impulso por comer, esos son impulsos naturales. No tienen nada de malo. Pero el Diablo con su engaño los quiere trastornar para destruir nuestra vida.
La duda nos hace creer que lo sabemos mejor, que Dios no sabe lo que es mejor para nosotros. La duda tiene por objetivo cuestionar la palabra de Dios. La duda es alimentada por el engaño. La meta es deshacer la armadura y dejarnos vulnerables para caer en las tentaciones.
Jugar con el fuego trae quemaduras. La única manera de no ceder a las tentaciones es someternos a Dios todos los días, ponernos la armadura de Dios, resistir al Diablo hasta que huya de nosotros.
MOTIVO DE ORACION
Señor Jesús hoy vengo delante de ti para reconocer que he jugado demasiado con el pecado y he cedido a las tentaciones. Perdóname por creerme fuerte. Hoy me someto a ti, vísteme con tu armadura, ayúdame a resistir a las tentaciones y hecha fuera al Diablo de mi vida.