IgleTech – Esteban Lanzani
El equipo de medio de cada iglesia se ha vuelto fundamental para que “la vida de la congregación” siga avanzando aun en confinamiento. Producir, aprender más de streaming, conocer detalles del sonido, generar contenidos para redes sociales y muchas otras funciones, tiene este equipo que por lo general lo integran autodidactas que invierten su tiempo para servir a Dios desde un lugar tan especial.
En esta nota quiero dejar 4 claves para que ese equipo sea cada vez más fuerte. Pero ojo, no es el todo de lo que requieren estos equipos, por eso al leer piense no solo cómo aplicar esto a tu contexto sino también analice que más necesitan los voluntarios para hacer su tarea de la mejor manera.
NO SOLO CONVOQUES VOLUNTARIOS CON TALENTO
Una las cosas que me ha pasado al liderar equipos de trabajo en más de 18 años de servicio en distintos ámbitos de trabajo y servicio dentro y fuera de la iglesia, fue el ver voluntarios que daban lo mejor de sí aun sin tener tantos talentos y a muchos otros, que aun teniendo talentos y capacidades más evidentes para realizar las distintas tareas, no alcanzaban su máximo esfuerzo por distintas razones, de las cuales quiero puntualizar: esfuerzo, dedicación y perseverancia.
Es que a veces, al encargarnos de tareas nos conformamos y confiamos en lo que sabemos que pasará automático y la verdad es que los talentos no aseguran resultados efectivos. Es muy necesario, que si lideras un equipo de trabajo, puedas tener un equilibrio entre voluntarios talentosos y voluntarios que cumplirán a la perfección sus tareas, aun sin tener plena formación o conocimiento. La consecuencia de combinar talento y esfuerzo será que los talentosos se verán inspirados a dar lo mejor de sí y los que se esfuerzan querrán sumar ideas y mejores formas de servir.
COMBINÁ EDADES EN EL EQUIPO
En la iglesia hemos dado ministerio a las edades: tenes X edad, entonces tenes que servir de tal o cual forma. Y claro, esta “comodidad” nos ha organizado y nos puso en lugares donde podemos, según nuestro crecimiento físico y espiritual, rendir mejor y servir eficazmente… pero el equipo de medios no es algo para pensar dentro de esta línea.
Por lo general, el equipo multimedia está conformado por adolescentes y jóvenes que dedican su tiempo y ganas a aprender, solucionar y apoyar cada propuesta de acción tanto en forma online como presencial. Las funciones del equipo van desde la creación de contenidos y el manejo de redes sociales, a el armado de escenario y orden del sonido y la iluminación del lugar de reunión; y si miramos bien, cada detalle de las tareas de servicio no requiere solo de “una edad en especial”, porque personas de cualquier edad pueden hacer parte del equipo de multimedia.
Siempre sueño con ver personas mayores de 50 años, aportando ideas y experiencias de vida, para que los chicos de 20 puedan pensar la manera de ejecutar la producción de videos o blogs para que estas personas compartan lo que Dios hizo en esas vidas. Y también, claro, voluntarios jóvenes aprendiendo de personas adultas que les enseñen sobre cómo representar a la iglesia, cómo contar historias y fundamento bíblico que ayude a comunicar lo que sucede en la congregación. Todas las personas de la iglesia tienen un testimonio de vida para compartir, y un equipo variado en edades y conocimientos será necesario para sacarle el mejor provecho.
Pensemos, abramos la mente, para crear un equipo multimedia con múltiples edades que colaboren con un fin común: hablarle a todas las generaciones con ideas frescas, creativas y basadas en la Palabra.
FOMENTÁ LA CREATIVIDAD
Sí, la creatividad debe ser fomentada: pastores, líderes, generar espacios para crear, jugar, permitir que la imaginación pueda volar y que todo el equipo multimedia encuentre el momento para pensar fuera del día a día. Es que muchas veces solo estamos haciendo y no pensando… literalmente nos mata la monotonía y no surgen ideas nuevas por mucho tiempo.
Se me ocurre esto: una sala -fuera del contexto de iglesia-, un lugar que no tenga límite de tiempo, una pizarra en blanco, stickers de colores, una pantalla para proyectar, sillones/sillas/puf para estar cómodos, algunas bebidas, algo comer algo (jaja) y sobre todo grandes objetivos a alcanzar, como por ejemplo: evangelizar en redes sociales, fortalecer el ministerio de mujeres en formato presencial y online, mejorar la comunicación institucional de la iglesia, etc. Estos grandes objetivos trazan líneas de acción, ejes por lo que caminar, y luego que venga el momento FLOW de creatividad donde ninguna idea es mala, todo suma, todo se anota, se pega en pizarra, se tiene en cuenta cada cosa que se dice, para que entre todos puedan generar un camino de acción y al cerrar esta reunión cada área tenga algo que hacer para lograr esos objetivos. Y si, esto se debería repetir cada 3 o meses… cada equipo sabrá cuál es la mejor dinámica 😉
Otras maneras de fomentar la creatividad es invitar a personas con experiencia en lo que se quiera trabajar y profundizar, por ejemplo uso de rede sociales, creación de contenidos, fotografía, streaming, redacción, sonido, iluminación, etc, etc. Que abunde el consejo y también los consejeros para que el equipo no se quede solo un una capacitación o entrenamiento, sino que sea algo a construir con el correr de las semanas y los meses.
DEDICÁ TIEMPO A PLANIFICAR Y EVALUAR
Lo que no se planifica no se logra y lo que no se evalúa no ha sucedido.
Creo que planificar acciones y calendarizar posteos, tareas en templo, producción de contenidos y otras tareas de cada equipo, hace que las cosas sí pasen y sí funcionen. Un trabajo serio, responsable y planificado, hace que las etapas necesarias se completen y se suba el nivel de la forma en que se comunica la iglesia.
Y también, si hacemos una buena planificación, pero luego no evaluamos qué pasó, cómo resultó, qué impacto tuvo lo que hicimos, directamente eso no ha dado frutos para seguir creciendo y por lo tanto no ha sucedido. Porque los contenidos no solo tienen la función de contar o comunicar algo, sino también de probar estrategias, formatos, ideas y maneras de hacer llegar el mensaje y a las conclusiones certeras solo se llegan con evaluaciones de todo el proceso creativo y de difusión.
Dediquemos tiempo a aprender al máximo sobre los datos y estadísticas que nos da cada plataforma online, hay mucho para aprender, conocer y evaluar con esos datos.
Para terminar, creo que no hay mejor liderazgo que el que mira su forma de trabajo, la analiza y la mejora con continuidad. No pensemos que llegamos al máximo, sino que siempre Dios añadirá más y mejores formas de crecer en nuestras iglesias sirviendo con amor, creatividad y perseverancia
Publicado en IgleTech
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